31 de marzo de 2015

Virgulilla





La ñ también es gente.
María Elena Walsh

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. 
¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. 
¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní? 
"La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui. 
A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! 
Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. 
No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. 
La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo. 
Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.

Fuente: http://www.me.gov.ar/efeme/mewalsh/laenie.html

Frase de Tomás de Kempis

“He buscado por todas partes el sosiego y no lo he encontrado sino en un rincón apartado, con un libro en las manos”.

Tomás de Kempis



Tomado de Quelibro.com

A un dios desconocido

de John Steinbeck

Opinión
La prosa de Steinbeck ha sido como una especie de revelación, y es que, aunque pueda parecer tremendamente sencilla, esconde una fluidez que ya quisieran muchos escritores para sí. En este caso concreto, me ha fascinado la manera en la que Steinbeck consigue que el paisaje se convierta no sólo en un personaje más, si no en el eje alrededor del que gira toda la novela. Casi puedes sentir en tu piel la emoción eléctrica de la tormenta a punto de descargar, la tensión de la sequía en los huesos, el miedo de los animales antes de ser sacrificados.




Fragmento
Para dar comienzo a la fiesta, Joseph hizo un ritual que le había contado el Tío Juan, algo tan antiguo y tan natural que a Joseph le resultaba familiar. Cogió un vaso de aluminio de la mesa y se dirigió al barril de vino. Lo llenó de vino, cantarín y burbujeante. Entonces levantó el vaso a la altura de los ojos y derramó el vino en la tierra. Otra vez volvió a llenar el vaso, pero esta vez se lo bebió, en cuatro sedientos tragos. El Padre Angelo sacudió la cabeza y sonrió, por la forma tan elegante en que se había llegado a cabo. Una vez terminada la ceremonia, Joseph se acercó al árbol y vertió un poco de vino en la corteza. Oyó la voz amable del sacerdote a su lado:- Eso no está bien, hijo mío.Joseph se giró inmediatamente.- ¿Qué quiere decir? Había una mosca en el vino.Pero el Padre Angelo sonrió comprensivo y algo triste.- Tenga cuidado con los bosques, hijo mío. Jesús es mejor salvador que Hamadríade.

Hamadríade




¿Qué es una hamadríade?
Es una ninfa de los árboles.
El padre Ángelo dice que Jesús es mejor que Hamadríade (el espíritu del árbol)
Joseph cree que en el árbol lindero a su nueva casa, mora el espíritu de su padre con quien lo unía una buena relación.

Imagen: Hamadriade, por Émile Bin 




John Steinbeck, uno de mis favoritos

Norteamericano. Premio Nobel 1962. Premio Pulitzer, Premio Nacional del Libro por Ficción, Medalla Presidencial de la Libertad
Nacido en 1902, en Salinas, California, es considerado como uno de los mejores autores norteamericanos. Autor de un realismo brutal, relató como nadie las penurias de un país sumido en una gran depresión económica y social, con unos personajes atados a una tierra que controla, para bien o para mal, sus vidas. Autor de obras tan destacadas como De ratones y hombres o La perla, su obra cumbre será Las uvas de la ira. Recibió varios premios a lo largo de su vida, incluido el Nobel de Literatura, que le sería concedido en 1962. Años más tarde, en 1968, moriría en Nueva York.


30 de marzo de 2015

Son chicos, hablan de libros en YouTube y estarán en la Feria

Son chicos, hablan de libros en YouTube y estarán en la Feria (nota de Revista Ñ, Clarín, con vídeo)

Que los niños y los jóvenes lean me hace muy feliz.
Poder comentar acerca de la lectura, les permite mejorar la expresión.
Veo en FB que solamente hacen clic en "Me gusta", ése es el mayor esfuerzo. No hay comentarios. No hay elaboración de un pensamiento, una opinión. Es un vacío total.
Por supuesto que no todos, pero la gran mayoría. Por eso está noticia me gustó mucho.

La nota alude a la Feria del Libro en Buenos Aires.

Posteguillo habla sobre "La noche..."

El escritor valenciano Santiago Posteguillo, famoso por sus novelas históricas ambientadas en la Antigua Roma, ha explicado a El Confidencial cómo conoció la conexión entre Frankenstein y El Quijote mientras preparaba una de sus clases de literatura inglesa:

“Durante 20 años dando clases en la universidad he buscado la forma para explicar literatura de una forma divertida, buscando ángulos inesperados para contar la historia”.


Con el tiempo Posteguillo ha ido acumulando historias que ahora ven la luz en forma de libro: La noche en que Frankenstein leyó el Quijote (Planeta).

“El libro”, cuenta el autor, “está pensado para públicos opuestos. En primer lugar, para lectores ya consagrados que puedan encontrar divertido ver estas historias noveladas, pero también está dirigido a lectores jóvenes que empiezan a interesarse por la lectura, y que gracias al libro pueden animarse a leer las grandes historias de la literatura universal”.

En su nuevo libro Posteguillo da también cabida a su gran pasión, la Historia Antigua, territorio que ha explorado en toda su producción literaria anterior y que le ha hecho muy conocido en el ámbito de la novela histórica. La noche en que Frankenstein leyó el Quijote comienza explicando cómo apareció el abecedario, tal como hoy lo conocemos, un invento del primer bibliotecario de Alejandría, Zenodoto, para organizar y localizar fácilmente todos los papiros que había comprado Tolomeo II.
En opinión de Posteguillo, el auge de la novela histórica tiene mucho que ver con la posición que ocupa ésta, hoy en día, en los planes de estudio: 

“Ha habido una reducción intensa de la enseñanza de las humanidades en general, y en particular de la historia. Yo ya no aprendía la lista de los reyes godos, y los chavales ya ni siquiera saben quiénes son. La gente tiene más curiosidad por la historia porque no la conoce y si se le enseña en un formato atractivo, funciona”.



Fuente: El Confidencial.com

Disiento con que Zenodoto haya inventado el abecedario. Sino que lo utilizó para organizar los numerosos rollos (casi un millón) que conformaban la biblioteca y cuya tarea le había asignado el rey Tolomeo II.
Cuenta Posteguillo, en el capítulo primero, que Zenodoto estaba recopilando poemas de Homero, y como contenían numerosos vocablos que ya no se usaban, creyó oportuno confeccionar un glosario, lo que hizo por orden alfabético. De ahí que adoptó el mismo sistema con la Biblioteca y hoy nos es posible, como en otros ámbitos (la guía telefónica, por ejemplo) encontrar rápidamente algún dato que necesitamos.
Cabe aclarar que el título de esta obra tiene una pequeña trampa, que se devela al llegar al capítulo de Mary Shelley, la autora de Frankenstein. Porque en realidad no es que este leyera El Quijote, sino que su autora, o sea Mary sí y con gran admiración también lo recomendaba.
"La noche en que..." es un libro de relatos históricos muy amenos —o anécdotas curiosas— referidos a la literatura, y que llevan a la búsqueda, a la ampliación de lo que allí se narra. Despiertan curiosidad, saben a poco.
Me está gustando mucho su lectura; pero como lo vamos a compartir desde abril en el Club de Lectura Quelibroleo.com y no es una novela donde tenga que recordar personajes y tramas, me aventuré a comenzar un segundo libro.
De todo lo que pueda iré comentando y/o ampliando. La obra de Posteguillo, aunque breve, sí se presta a muchos comentarios.

Acabo de encontrar en en el blog Libros y Literatura, esta imagen que me ha resultado graciosa y tristemente no muy alejada de la realidad. 



Números cardinales

Me llama mucho la atención la forma en que encuentro, tanto en diarios como en la TV expresados los números cardinales.
Por eso busqué en Google para ver cómo es lo correcto. Y realmente se expresan erróneamente, en este caso, por dar un solo ejemplo:

Cincuenta y un víctimas fueron rescatadas del accidente...

Es decir que cuando el sustantivo es femenino, se debe escribir "cincuenta y una" víctimas.
La excepción la da el caso en que comience con una a tónica:

Veintiún aves.


Un nuevo comienzo

Inicio otro blog en mi "carrera" de internauta. Estoy muy atrapada por Facebook, donde tengo mi página de lecturas; pero mis experiencias anteriores fueron, entre otros con Blogger y considero que es mucho más dúctil en cuanto a lo estético y al orden de las entradas para poder clasificarlas y encontrar con más rapidez lo que nos interesa.
Desde ayer que venía pensando en esto y aquí está, luego trataré de refrescar el tema del diseño de la plantilla. Me he olvidado de todo :(
Bienvenidos a mi blog. Adelante con los comentarios, si es de su agrado.